Transcripción de la pregunta, respuesta inicial y réplica del portavoz parlamentario de IU al ministro de Educación en la Sesión de Control al Gobierno (8-6-11).
PREGUNTA DE GASPAR LLAMAZARES: Señor ministro de Educación, la mentira deforma y la mentira institucional degrada la vida pública. El Gobierno, un gobierno democrático, encargó a la Real Academia de la Historia pagando 6,4 millones de euros el Diccionario Biográfico Español. Finalmente no tenemos Real Academia de la Historia, tenemos ‘real caverna de la historia’ y el Diccionario Biográfico Español se ha convertido en un panegírico franquista y un libelo contra la democracia y contra la república. ¿Piensa su Gobierno retirar este panegírico franquista?
RESPUESTA INICIAL DEL MINISTRO ÁNGEL GABILONDO: Muchas gracias, señora presidenta. Señoría, previamente, si se trata de Franco, del franquismo y de los franquistas tenga la seguridad de que compartimos el análisis y la posición. La cuestión no sólo es esa, es más compleja, como usted pregunta. Por supuesto que desaprobamos cualquier exaltación formal o ideológica, cualquier justificación o revisionismo al respecto en este asunto que es cuestión sobre todo de rigor histórico, de objetividad, de procedimiento en el análisis y elaboración de los textos y, sin duda, esto no se ha hecho bien. Por eso hemos indicado a la Real Academia de la Historia que es indispensable que se rectifiquen inmediatamente las entradas que no cumplen estos requisitos decisivos. No me corresponde señalar técnicamente cómo ha de hacerse ni cuál es el mejor camino para lograrlo, pero es -insisto- indispensable proceder inmediatamente a realizarlo, cuando además del rigor y de la verdad histórica se ha herido la sensibilidad, la memoria y las convicciones de tantos ciudadanos.
RÉPLICA DE GASPAR LLAMAZARES: Señor ministro, no es suficiente. Imagínense en Alemania la edición de un diccionario biográfico por parte de una academia de la historia que diga que el nazismo fue autoritario y que la República de Weimar fue una dictadura. Señorías, no sería publicado en Alemania y se llevaría directamente a los tribunales de justicia.
Por tanto, lo que pedimos al Gobierno es que se denuncie inmediatamente el convenio con la Real Academia de la Historia, que no se publique esa edición, que no llegue a ningún anaquel, que no llegue a ninguna biblioteca pública de este país esa mentira, esa mentira horrorosa. Por otra parte, señoría, que su ministerio y el conjunto del Gobierno pidan y pongan en marcha la renovación de las academias para que sean instituciones que obedezcan a un funcionamiento democrático, no a un funcionamiento de cooptación sin ningún tipo de evaluación de la calidad y del rigor.
Señorías, nos encontramos ante un diccionario que es un insulto a la inteligencia, a la ciencia y a la historia. Es también una ofensa a la memoria de los ciudadanos demócratas de este país, a la memoria de los republicanos y de los antifranquistas, y es una burla y un fraude a esta democracia, porque con dinero de la democracia no se puede hacer ‘golpismo blando’. No se puede hacer ‘golpismo blando’ porque en este país llueve sobre mojado. Esto no está al margen de la posición del Tribunal Supremo y del linchamiento del juez Garzón, y el Gobierno debe saberlo.
Madrid, 8 de junio 2011
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