Intervención íntegra del portavoz parlamentario de IU durante la comparecencia de la ministra de Exteriores y Cooperación ante la Comisión parlamentaria del Congreso.
Bienvenida, señora ministra, a esta Comisión; pero tarde, muy tarde. Llevamos casi diez días de crisis y a estas horas todavía no hemos tenido una actitud clara ni una actitud firme por parte del Gobierno español en una cuestión que nos afecta muy directamente. Señora ministra, mucho me temo que si para el Partido Popular Irak fue el Waterloo de su política exterior, el tema del Sahara, si ustedes no rectifican, pueda ser el Waterloo de su Gobierno.
Porque, señora ministra, su intervención no ha sido diplomática, o ha sido diplomática en el peor sentido de la palabra. Ha sido puro doble lenguaje. ¿Qué es eso, señoría, de que se produce un cambio de naturaleza entre el momento en el Campamento de la Dignidad en que se demandan reivindicaciones civiles y el momento de la intervención? Es una insidia, señora ministra. Es la insidia del Gobierno marroquí, que traslada a la opinión pública que algo pasó del lado saharaui. Del lado saharaui había una reivindicación social de principio a fin. Cuatro horas antes de la intervención, en la cena que tuvieron en Nueva York, saharauis y marroquíes, se reconocía que era una reivindicación civil. Lo único militar, la única intervención policial y de seguridad, es la intervención marroquí y usted lo deja en la nebulosa, en la nebulosa que ha querido introducir el Ministerio del Interior marroquí y el Gobierno marroquí, apuntando a que detrás del Frente Polisario está Al Qaeda. No se lo creen ni ellos, y parece que el Gobierno español le da credibilidad.
Segundo doble lenguaje, señora ministra. Dice usted que respetan las resoluciones de Naciones Unidas. Nosotros no creemos que sea así. Ustedes han practicado un doble lenguaje. Respeto en esta Comisión y en el Parlamento, y respaldo al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, e incumplimiento en la gestión del Gobierno respaldando las posiciones del Gobierno de Marruecos en cada oportunidad que han tenido. Hasta el punto de que los textos universitarios ya dicen que el Gobierno español de Rodríguez Zapatero es el Gobierno que sin debate parlamentario ha cambiado el modelo de relación con relación al Sahara, utilizando el Sahara como moneda de cambio de la convivencia y de la relación de vecindad con el Gobierno marroquí.
En tercer lugar, doble lenguaje con respecto a la irresponsabilidad española. ¿Qué es eso de que nosotros no tenemos responsabilidad? El informe Corell dice textualmente: El acuerdo de Madrid no transfiere soberanía sobre el territorio, ni confiere a ninguno de los signatarios la condición de potencia administradora; condición que España por sí sola no puede transferir unilateralmente. Es textual. Usted no puede decir que hemos transferido de manera fáctica la capacidad administradora y mucho menos que esa capacidad administradora de hecho sea del Gobierno marroquí sin torcer la verdad.
Por último, en relación a ese discurso de doble verdad o doble lenguaje que usted ha hecho, ¿qué es eso de que tenemos valores comunes con el actual Gobierno marroquí, con una monarquía feudal? Yo, realmente, no tengo valores comunes con una monarquía feudal. No creo que la democracia española y la Unión Europea tengan valores comunes con el Gobierno marroquí, ni creo que sean más comunes los valores con el Gobierno marroquí que, por ejemplo, un ausente de su intervención. Dice usted que quiere mantener la interlocución. Perdone, la interlocución es bilateral, no es unilateral, no es un monólogo. Su única interlocución -la que ha dicho hoy aquí- es con el Gobierno marroquí. ¿Y con el Frente Polisario? Ustedes ya no pueden hablar con el Frente Polisario, porque el Frente Polisario no les cree, sencillamente.
¿Qué ocurre en estas horas que estamos ahora aquí? Que el Gobierno -como he dicho antes- se hace eco de la insidia del Gobierno marroquí y no condena la intervención contra población civil desarmada, que es una vulneración flagrante de los derechos humanos; y no la condena, ni siquiera, al nivel que el Gobierno francés. El Gobierno francés, al menos en el Parlamento, ha condenado la expulsión de parlamentarios franceses. Kushner lo ha hecho. Usted, ni siquiera ha condenado la expulsión de cargos públicos españoles. Espero que, por lo menos, lo haga en el día de hoy. Ustedes están haciendo una labor con el Gobierno marroquí que va más allá de la dejación, va más allá de la irresponsabilidad; entra directa en la complicidad. Están ustedes seleccionando con los medios de comunicación un pool de periodistas afines para viajar a Marruecos, al igual que ha hecho Francia, con gran respuesta del resto de los medios de comunicación franceses.
Por otra parte, señora ministra ¿cómo pueden aceptarle al Gobierno marroquí que les ponga en evidencia trayéndose a una persona buscada aquí en el cortejo del ministro del Interior? Hosni Benslimane. Esta es la euro orden del juez francés. Esta es la demostración de que el Gobierno español en la relación con el Gobierno marroquí ha perdido toda su autonomía.
Termino. Señora ministra, usted tiene que condenar, al menos al nivel que el Gobierno francés, los hechos que vulneran los derechos humanos. Usted tiene necesariamente que demostrar que quiere responder a esta situación crítica, por ejemplo, convocando al grupo de amigos que usted no ha convocado. Ni siquiera el Consejo de Seguridad está impulsado por el Gobierno español sino por el Gobierno mexicano. Usted tiene que reclamar una investigación clara en esta materia, y no solamente del fallecido de origen español, sino sobre la intervención sobre el campamento. Usted tiene que revisar el acuerdo preferencial y plantearlo en el marco de la Unión Europea, porque en su punto 8º vincula ese acuerdo a la preservación de los derechos humanos. Y usted, en relación con la MINURSO, tiene que cumplir el mandato del Congreso de los Diputados para que la MINURSO no solamente vele por el derecho internacional, sino también por los derechos humanos allá en territorios ocupados donde se están vulnerando todos los días. En la intervención se han producido heridos, se han producido muertos, torturas y se ha producido limpieza casa por casa. Señora ministra, no me puede decir que no lo sabe, porque entonces tendría que pensar que no tenemos inteligencia, y creo que todavía nos queda algo de inteligencia. Y como nos queda algo de inteligencia, seguramente tendremos información, al menos, para que el Gobierno sepa a qué atenerse y sepa condenar una vulneración de los derechos humanos flagrante, como la que se ha producido en el campamento de la dignidad.
SEGUNDO TURNO DE GASPAR LLAMAZARES
La verdad es que ha sido decepcionante la intervención de la señora ministra porque, salvo alguna aclaración muy concreta con respecto a mi grupo, prácticamente no ha respondido ni a los interrogantes que tiene la sociedad española ni a los interrogantes que le hemos planteado los grupos parlamentarios. Ha apelado a sus convicciones personales y a la confianza que nosotros podamos tener en esas convicciones personales. Pero, señora ministra, esa no es la cuestión en política. La cuestión en política no es de convicciones sino que resulta de la combinación de convicciones y responsabilidad, las dos cosas. Da la impresión de que el Gobierno en esta materia -y esta es una crítica política- no lo está haciendo bien o, mejor dicho, lo está haciendo mal, muy mal.
En primer lugar, señora ministra, no es verdad que estemos más cerca de la solución del conflicto. No sé dónde lo ve usted. No sé dónde ve ese mundo en colores, pero desde luego no estamos más cerca de la solución del conflicto; sobre todo, a partir del momento en que teníamos un contencioso, estamos en una crisis muy importante y podemos estar al borde de un conflicto explícito, ya no solamente en los campamentos sino en territorios ocupados. Por tanto, no sé dónde ve usted que se esté más cerca de la solución como ha dicho. Estamos más cerca de la desesperación y, como digo, tanto en los campamentos como en los territorios ocupados; particularmente, en los jóvenes que no tienen ningún futuro. Por tanto, no es cierto, señora ministra, que estemos más cerca.
En segundo lugar, no hemos contribuido. Su Gobierno y España en general no ha contribuido como Estado a la mejora de la situación. Le señalaba un libro de política exterior que dice algo que le voy a leer. Dice como resumen de su gestión: Las relaciones con Marruecos fueron normalizadas. Parece haberse iniciado un desplazamiento de la postura española a favor de las tesis marroquíes sobre el futuro del Sahara Occidental, giro pausado que no ha sido convenientemente explicado en sede parlamentaria y cuyos efectos sobre nuestra política regional están aún por evaluar. Ese es el resultado de su política.
Es decir, hemos pasado de la neutralidad activa a la ‘africanización’ en determinados momentos de nuestra relación con el Magreb y ahora no a la ambigüedad, señora ministra, sino que estamos directamente en la complicidad respaldando de manera fáctica las posiciones del Gobierno marroquí. No hay que ocultar, señora ministra, que de alguna manera ese respaldo ha desequilibrado la situación. Ha desequilibrado la situación porque en estos momentos el Gobierno marroquí se siente respaldado internacionalmente y eso le permite actitudes que serían mucho menos presentables en el caso de un mayor equilibrio internacional. Por tanto, no hemos contribuido a mejorar la situación sino a empeorarla, en nuestra opinión, con nuestra complicidad.
Tercero, señora ministra. Dice usted que no puede condenar porque hay dos relatos. En relación con la intervención en Irak había dos relatos. Había dos relatos con informaciones contradictorias y con datos supuestamente fehacientes contradictorios y la comunidad internacional y nuestro país se posicionaron. Ustedes no se posicionan porque, como dijo el otro día el ministro del Interior, la refutación es del ministro del Interior marroquí. Por eso no se posicionan, porque consideran que el relato marroquí es el que condiciona su posición. Eso está claro en nuestra opinión.
Termino, señor presidente. Termino con los aspectos a los que usted no ha querido responder. ¿Cómo es posible que su Gobierno no haya aplicado una euroorden para un acusado de secuestro y asesinato? De Ben Barka. ¿Cómo es posible que su Gobierno no haya ejecutado la euroorden francesa que gravita sobre ese personaje?
En segundo lugar, señora ministra, no he leído en ningún sitio que cuando el ministro marroquí de Exteriores y luego el ministro del Interior han descalificado a los medios de comunicación españoles ustedes hayan dicho nada. No han defendido a los medios de comunicación españoles.
He dicho -y termino- que ustedes no han condenado, pero, por no condenar, no han condenado siquiera la expulsión de cargos públicos españoles y le he dicho que el Parlamento francés se ha reunido -no es verdad que seamos el único Parlamento que se reúne- y el ministro francés de Asuntos Exteriores ha condenado la expulsión de un cargo público del Partido Comunista francés por parte del Gobierno marroquí. ¿Qué hacen ustedes que no condenan, señora ministra? Desde luego, la comparecencia es decepcionante y nuestra contribución no es precisamente positiva a la solución del conflicto.
Madrid, 18 de noviembre 2010
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